miércoles, 26 de febrero de 2020

CONTUDENTES SEÑALES BÍBLICAS DEL FIN DE LOS TIEMPOS.
ESCARNIO CONTRA EL REY DE BABILONIA.
ISAÍAS 14.
Las profecías contra el rey de Babilonia en la Biblia, son de exclusiva referencia a la bestia o al anticristo, como lo veremos en breve.
A su vez, la manifestación del anticristo, se ha de cumplir, y de hecho se está cumpliendo, en el mismo tiempo del desarrollo de la plena restauración del pacto de Dios con su pueblo Israel, en su santa ciudad, Jerusalén, por la semana faltante, que es parte de las setenta semanas de años que fueron determinadas sobre Israel y Jerusalén, desde el regreso de los judíos desde el primer exilio a Babilonia. (Daniel 9:24-27).
El cumplimiento simultaneo de estas dos señales del fin de los tiempos, contenida en la profecía de la ultima semana (Daniel 9:27) ha sido mal interpretado, por lo cual desvirtua la profecia.
El templo de Dios, pieza principal de la restauración del pacto con Israel, no será edificado, especialmente, para que el anticristo se siente como Dios, como muchos lo mal interpretan, por lo cual creen que el templo será levantado por orden del anticristo.
La realidad es, que el anticristo sentado en el templo de Dios, será la peor aberración humana, y constituirá la cúspide de la rebelión del ser humano o el hombre de pecado; por lo cual será eternamente castigado, junto con todos aquellos que reciban la marca en sus frentes y en sus manos (Apocalipsis 14:8-11)
¿EN QUÉ CONSISTE LAS SETENTA SEMANAS, Y EN ESPECIAL, LA ULTIMA?
Dios determinó un tiempo definido para concretar su plan de salvacion del hombre, a partir del regreso de los judíos de su primer exilio.
Habiéndolo castigado por 70 años con el cautiverio en Babilonia, conforme a las palabras de Dios, por medio del profeta Jeremías (Jeremias 25), para que supieran que su tragedia fue ocasionada por causa por sus muchas rebeliones (Daniel 9: 2-19).
Así que ese castigo, había sido el resultado de la indignacion de Dios por toda la rebelión con la cual prevaricaron contra él; por lo tanto "Jehová no desistió del ardor con que su ira de había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado. Y dijo Jehová : También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a Israel. Y desecharé a esta ciudad que había yo escogido, a Jerusalén, y a la casa que había yo dicho: Mi nombre estará allí ." (2 Reyes 23:26-27).
Colocándolos en un estado de muerte espiritual que pudiera ser percibido por todas las generaciones, para presentar bajo esa condición adversa, la orden de las setenta semanas donde serían restaurados o resucitados a la comunion con Dios, por medio del pacto nuevamente, definida con la construcción del templo en medio de su pueblo, en Jerusalén, vínculo del pacto; con el fin de diferenciar, en esa transición, el estado de muerte espiritual (sin templo) al estado de vida delante de Dios (con templo), desde la salida de la orden para la edificación de la casa de Dios, ordenada por Ciro rey de los persas (Daniel 9:25, 2 Crónicas 36:22-23).
Y sólo a través de esa condición, con el pacto restaurado y el templo en pie, poder cumplir toda su obra redentora, independientemente de las fururas desobediencia y rebeliones que vendrían durante el tiempo determinado de las setenta semanas de años.
Ese es el sentido correcto de las setenta semanas; de tal manera que hablar de la septuagésima semana, es hablar de la restauración del pacto de Dios con Israel, denominador común en las sesenta y nueve semanas anteriores, que culminaron en una cruz, con el rasgamiento del velo del templo. (Mateo 27:51).
Y esa es la razón por la cual el anticristo no se podía manifestar, según las enseñanzas del apóstol Pablo, cuando dijo que él se manifestaría a su debido tiempo (2 tesalonicenses 2:6), lapso que abarcó 1970 años desde la muerte del Mesias hasta el año 2003, año en el cual cesaría el castigo conforme a la profecía de Oseas, cuando Dios dijo por medio de él:
Oseas 5:15:
1.1- "Andaré y volveré a mi lugar" (refiriéndose a la primera venida de Cristo), "hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro" (refiriéndose a los judíos quienes desconocieron al Mesías, Juan 1:11), "en su angustia me buscarán."
Oseas 6:1-2:
"Venid y volvamos a Jehová" (habla del fin de su diáspora, y el retorno de los judíos a Jerusalén, lugar para la restauración del pacto donde Dios puso su nombre, 1 Reyes 9:3); "porque él arrebató y nos curará; hirió, y nos vendará." (Los castigó
sólo por un poco de tiempo como Dios lo dijo por medio del profeta Zacarías 1:12-16, donde esos setenta años de castigo, mencionado en este pasaje, simbolizan a los 1970 años de exilio de Israel por todas las naciones).
"Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él." (Dios está citando al año 2003, como año del perdón, año agradable al Señor, en cuanto a Israel).
Es importante entender que Oseas es un profeta que vivió mucho antes de la deportacion a Babilonia.
Dios mostró a través de esta profecía, que transcurrirían 2003 años desde el nacimiento de nuestro Señor Jesús, hasta el final del castigo impuesto, para confirmar su pacto con Israel por la última semana.
"Y por otra semana confirmará el pacto con muchos;"...(Daniel 9:27a).
Así que ellos estuvieron muertos para Dios, espiritualmente durante 1970 años (Oseas 6:5). hasta ese año 2003.
La confirmación del pacto transcurrió en 7 años, terminando en el año 2010, que en el calendario judío correspondió al año 5770, año perfecto para ponerle fin a las setenta semanas, o restauración del pacto.
Es conmovedor e impactante, leer y comprender ese versículo 2 de Oseas 6, a la luz de estas verdades, donde Dios hace una indudable y clara referencia al año 2003, como año del fin del castigo a Israel, desde que Jesús vino al mundo, como lo reseña esa misma profecía, encuadrando o encajando, de manera sorprendente, con el año 5770, al finalizar la semana; lo que demuestra que el cómputo de los tiempos que ha llevado el hombre, por voluntad de Dios, son confiables, en ambos calendarios, el hebreo y el gregoriano.
Demostrando, una vez más, que Dios tiene el perfecto control de los tiempos y las edades; y tiene potestad sobre los reinos de la tierra para quitar reyes y poner reyes; dando la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos. Revelando lo profundo y lo escondido; y dando a conocer lo que está en tinieblas, morando la luz con él (Daniel 2:21-22).
Hay una importante perfección, que no se debe menospreciar ni ignorar; y no es algo casual.
El número 70 es el sello de la perfección de Dios en su majestuosa obra para el plan de redención que se determinó en el tiempo; donde las setenta semanas para la confirmación del pacto de Dios, debían terminar en el año 5770, sexto milenio, correspondiente al "día sexto" para el nacimiento del hombre espiritual, símbolo del sexto día de la creación del hombre carnal (Génesis 1:26-31), que marchará al reino de los cielos.
Los judíos fueron al exilio a Babilonia por setenta años (Jeremías 25, 2 Crónicas 36:21-22). Dios determina 70 semanas de años desde su regreso de ese exilio para desarrollar todo su plan de redención durante ese tiempo (Daniel 9). El templo fue destruido en el año 70 del nacimiento de Cristo;
A los judíos se le cumplieron 1970 en su segundo exilio por todas las naciones, como lo han observado en esta explicación, y por las evidencias históricas del regreso de Israel a su tierra después de terminada la Segunda Guerra Mundial, donde llevaban 1915 años de castigo cuando llegaron de nuevo a su lugar de origen en el año 1948 con la fundación del Estado de Israel; quedando aún por cumplirse 55 años más, hasta completar los 1970 años para el 2003, donde volverían a vivir delante de Dios, activándose los siete años para confirmar el pacto con los judíos en esa gran pascua o jubileo del inmenso castigo que recibió, desgajados del buen olivo en donde los gentiles fuimos injertados ..
En conclusión , Dios en su inmenso amor por el hombre, quiere mostrarle a través de esta revelación, que todo se ha cumplido como fue determinado.
La septuagésima semana tiene un doble cumplimiento, porque como lo podrán ver, ella está recreando, por decirlo de algún modo, el ciclo anual de las festividades del pacto, dadas a Israel, para que fuesen cumplidas en los primeros siete meses de su calendario (Levíticos 23:1-44), donde inicia con la pascua por siete días (Éxodo 12), terminando en el mes séptimo con la fiesta de los tabernáculos por siete días, igualmente (Levíticos 23:34-44), haciendo la unión perfecta de los dos pactos para la salvación a todo aquel que cree.
A fin de abarcar las dos fiestas de siete dias, que inician y cierran las festividades del pacto, Dios extendió el tiempo de esta misteriosa semana, desde el 2003 al 2022, como también lo explicaremos en detalle.
Un misterio asociado al doble cumplimiento de la septuagesima semana, lo constituyó el fenomeno de las nueve tétradas de lunas de sangre desde la misma crucifixión de nuestro Señor Jesucristo (32-33 dC), hasta el 2014-2015; las cuales señalaban el futuro cumplimiento de la restauración del pacto con su pueblo.
Porque todas ellas se produjeron al inicio de la pascua y de la fiesta de los tabernáculos, en dos años consecutivos, respectivamente, de donde podemos ver, la intención de Dios de que nos diéramos cuenta de esos dos años. ¿Por qué las lunas se repiten en dos años consecutivos? ¿Y por qué al inicio de cada fiesta de siete días?
Lo que hizo evidente que Dios señalaba el futuro cumplimiento de la restauración de pacto antiguo que inició en Egipto y ratificó en Jerusalén con el primer templo edificado por Salomón, y prometió que restauraría en los tiempos finales de la manera como lo estamos revelando.
Durante los 1970 años del gran exilio, se manifestaron ocho tétradas hasta la del 1967-1968, año que Israel tomó y conquistó la ciudad santa, Jerusalén, en la milagrosa victoria de la Guerra de los Seis Días.
La tétrada anterior, 1949-1950, ocurrió con la fundación de Estado de Israel.
Estas fueron las señales que mostró Dios en el cielo, que evidenció, a la luz del entendimiento del plan de Dios, que estaba muy cerca la restauración anhelada (Romanos 11), como lo estamos diciendo.
Así que habiéndose apoderado de Jerusalén en el año 1967, estaría muy cerca el tiempo para la restauración que sin duda llegaría para el año 2003 como estaba predicho el el libro de Oseas, como lo venimos explicando.
Y con está última tétrada del 2014-2015, Dios aperturó la septuagésima semana de la fiesta solemne de los tabernáculos, para poner fin a las setenta semanas, tiempo de la cosecha de Dios, donde recogerá su fruto ya trillado con la fuerte tribulación que se aproxima con la manifestación del anticristo o el desolador, como se indentifica en la cita de Daniel 9:27, en los últimos cuarenta y dos meses de esta semana.
La misma profecía muestra el doble cumplimiento de ella, cuando dice:
"Y POR OTRA SEMANA CONFIRMARA EL PACTO CON MUCHOS;"... refiriéndose a la pascua.
"A LA MITAD DE LA SEMANA HARÁ CÉSAR EL SACRIFICIO Y LA OFRENDA."... hace referencia a la fiesta de los tabernáculos.
Continuará próximamente en esta página.
Dios les bendiga, ricamente.

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