sábado, 28 de marzo de 2020





EL TIEMPO DETERMINADO DEL PLAN DE DIOS
(PARTE 2)
Continuaremos este tema del tiempo determinado de Dios, que lo iniciamos en el post que indicaremos en la siguiente dirección que fue titulado así:
A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS.
¿Qué quiso decir el Señor con esta expresión?
“EL DÍA Y LA HORA NADIE SABE,… SINO SOLO MI PADRE.”
En el avance del conocimiento de la procedencia e identificación de la bestia, por medio de la revelación de la palabra de Dios, el cual también hemos ido compartiendo en esta página, en dos posts que hemos publicado y daremos su dirección al final de esta introducción, para aquellos que se están incorporando a esta enseñanza; vemos necesario explicar el por qué ha llegado el momento exacto, donde comienza el desarrollo final del cumplimiento profético, que se inició el 14 de mayo de 1948, cuando se fundó el Estado de Israel, que constituyó el punto de partida que miraba al cumplimiento de fin del largo castigo, que los judíos recibieron por la muerte del Mesías de Israel y Salvador del mundo, Jesús de Nazareth, de 1970 años, que se cumplieron hasta el 26 de febrero del año 2003, como lo hemos manifestando, y que aquí descifraremos a la luz de las profecías bíblicas, del porqué de esa fecha tan precisa, que se encuentra registra en las profecías concerniente a la reconstrucción del tercer templo de Dios en Jerusalén.
La finalidad de este estudio, es conocer que significa las 70 semanas determinadas sobre Israel y la ciudad santa, Jerusalén (Daniel 9:24), y cómo se ha venido cumpliendo, debido a que ya ese período final de la última semana, se inició desde el 26 de febrero del 2003, 24 del mes de Adar I del año 5763 del calendario judío; y por ende, cuándo terminará; de manera que nos llevará varios capítulos explicarlo, que compartíamos en varias partes.
Como se han podido dar cuenta, cuando hablamos del tiempo de Dios, el número 70. y el 7 resalta misteriosamente en las profecías, y en el cumplimiento las mismas.
Como resultado de la aparición del anticristo, como lo hemos podido comprobar, es tiempo de que la iglesia comience a reconocer y a difundir, que ya hemos entrado al periodo de la última semana, la cual llamamos la semana septuagésima; y que hasta ahora hemos denominado semanas de Daniel, incorrectamente, porque ningún otro profeta habló de semanas, como para hacer la distinción con respecto a las de Daniel. De manera que ellas se deben denominar: Las Setenta Semanas de la restauración del Pacto de Dios con Israel, y veremos por qué tiene que ser así.
LAS SETENTA SEMANAS DE LA RESTAURACIÓN DEL PACTO DE DIOS CON ISRAEL.
Todo comenzó cuando Israel se encontraba en el exilio a Babilonia, debido a que Dios los castigó (Jeremías 25, 2 Crónicas 36:21), a consecuencia de la obstinación de Israel en desobedecer el mandato divino, que Dios le había impuesto desde que lo sacó de la tierra de Egipto; mostrándoles los dos caminos a escoger, el bien o el mal; el primero, la obediencia y sus bendiciones y beneficios, y el segundo, la desobediencia, con sus maldiciones y desgracias. (Deuteronomio 28).
Pero el castigo de Jehová hacia sus hijos, tuvo sus límites de tiempo establecido previamente, por medio de sus profetas, como lo dijo, a través de Jeremías:
Jer 25:9 “he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua.
Jer 25:10 Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara.
Jer 25:11 Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años.
Jer 25:12 Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.”
El profeta Daniel, estando en esa deportación, en el cautiverio en Babilonia, cuenta su relato en el capítulo 9, que él estuvo considerando el tiempo de castigo que Dios había impuesto por setenta años a Israel. (versículo 2).
“En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años.”
El sabía que Dios había de restaurar de nuevo a Israel a su tierra, como Dios lo había concebido desde el principio. una vez se hubiese arrepentido en tierra ajena.
CONDICIONES DE LA RESTAURACIÓN DEL PACTO, DESPUÉS DEL CASTIGO.
Dios les había prometido en el desierto a Israel, cuando los sacó de Egipto, que después que se cumpliera en ellos el castigo, a consecuencia de la desobediencia a las palabras que Él habló por medio de Moisés, acerca de las bendiciones y las maldiciones que les vendrían, LOS TRAERÍA DE NUEVO A SU TIERRA. Una vez arrepentidos de sus maldades.
DEUTERONOMIO 30:1-7:
Deu 30:1 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios,
Deu 30:2 y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
Deu 30:3 entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios.
Deu 30:4 Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará;
Deu 30:5 y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres.
Deu 30:6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Deu 30:7 Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.
Les recomendamos que hagan la lectura completa de Daniel 9. No queremos colocarles ese texto completo aquí, porque alargaría mucho el escrito; de manera que queremos dedicar las líneas, para mostrar el orden profético e histórico, de los acontecimientos predichos por Dios a través de los profetas del Antiguo Testamento, que configuran su perfecto plan en el tiempo determinado sobre los judíos y la santa ciudad de Jerusalén. Sólo citaré los versículos del 24 al 27.
Dan 9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Dan 9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Dan 9:26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
Dan 9:27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
Lo que significa, que la voluntad de Dios, una vez que se cumpliera los 70 años del exilio de los judíos a Babilonia, fue determinar su plan para la salvación de toda la humanidad, en función del tiempo de restauración del pacto de Dios con Israel, dentro de la santa ciudad; cuyo inicio sería determinado con la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén; el cual debía ser emanado por su escogido, Ciro el grande, rey de Persia, para edificar el templo; el cual activaría el reloj de las setenta semanas (Daniel 9:25, 2 Crónicas 36:22-23), como Dios se lo había propuesto hacía más de doscientos cincuenta años antes de nacer Ciro, cuando dijo por medio de Isaías:
"Que dice de Ciro: es mi pastor, y cumplirá todo lo que quiero, al decir a Jerusalén: serás edificada; y al templo: serás fundado." (Isaías 44:28).
Isa 45:1 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:
Isa 45:2 Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
Isa 45:3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.
Isa 45:4 Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
Isa 45:5 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,
Isa 45:6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
Isa 45:7 que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto
Y Dios, para hacer más notoria y más sencilla la compresión y aplicación de la orden que activaría LAS SETENTA SEMANAS DE LA RESTAURACIÓN DEL PACTO DE DIOS CON ISRAEL, registró, inmediatamente del exilio a Babilonia, el decreto de Ciro; que llevaba en sí misma el peso, no sólo de la edificación del templo, sino de la ciudad entera.
Este fue el cumplimiento para el inicio de las setenta semanas, 2 Crónicas 36:1-23.
2Cr 36:21 para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
2Cr 36:22 Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo:
2Cr 36:23 Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.
Por consiguiente, Dios hace una distribución del tiempo que ha determinado, para marcar y definir el pacto restaurado, cuando dijo: ..."Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas;"...(Daniel 9:25)
¿Qué significado tiene esta distribución de las setenta semanas en, siete, sesenta y dos, y uno (7 + 62 + 1 = 70).
Mucho se habla del tiempo perfecto de Dios, pero muy pocos saben de su profundidad en cuanto a su profecía, cuyo número clave es el 7; de modo que podemos ver reflejado ese singular número desde la misma creación ejecutada en siete días. A tal efecto, que cuando sacó al pueblo de Israel de Egipto, estableció pacto con él; el cual fue instituido y ordenado para ser cumplido anualmente, durante los primeros siete meses del año para Israel; desde el primer mes (Abib, o Nisán), en la primavera boreal (Éxodo 12), hasta mes séptimo (Levítico 23).
EN QUE CONSISTE EL PACTO DE DIOS CON ISRAEL.
Ese período anual del cumplimiento de la fiestas del pacto de Dios con Israel, debían de realizarse, iniciando con la pascua y la fiesta solemne de los panes sin levadura, por siete días, y culminarían al cabo de los siete meses con la fiesta solemne de siete días de los tabernáculos; y con esta última cerrar el ciclo anual de las festividades del pacto.
Entonces, estas primeras siete semanas, mostraban la confirmación del pacto de Dios con su pueblo, donde debía de cumplirse la ejecución total del templo de Dios desde la salida de la orden de Ciro, por cuarenta y nueve años (siete semanas por siete años).
La evidencia de esta verdad quedó reflejada en el evangelio de Juan 2:20, donde Dios reseña, en víspera de la pascua (Juan 2:13), que el templo fue ejecutado en 46 años desde que se pusieron sus cimientos (Esdras 3:8).
Hago hincapié, en que el momento escogido por Dios para revelar esta crucial información, fue a la víspera de la pascua, y dentro del templo; haciéndonos comprender que la pascua constituye la confirmación del pacto de Dios con Israel, su pueblo escogido. Entonces, esas siete primeras semanas configuró la pascua, y con ellas Dios confirmó su pacto roto por setenta años de exilio a Babilonia (2 Crónicas 36:21).
Esa fue la razón que tubo Dios, en diferenciar las siete primeras semanas, de las sesenta y dos siguientes; queriéndonos mostrar que el vínculo del pacto es el templo en Jerusalén.
Entonces, transcurridas sesenta y nueve (69) semanas, Cristo muere en la Cruz, y con su muerte Dios quito por segunda y última vez, su complacencia hacia el primer pacto, rasgando el velo del templo (Mateo 27:51). Hasta aquí se cumplieron sesenta y nueve, de las setenta semanas determinadas.
En el lapso de tiempo, desde la muerte y resurrección de Cristo, hasta la destrucción del segundo templo en el año 70 dC., se predicó el evangelio sobre el pacto deshecho, aunque los sacrificios ofrecidos en el altar no cesaron de realizarse hasta su definitiva destrucción. Del cual habló el escritor de la carta a los Hebreos, cuando concluye, diciendo:
"Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer." (Hebreos 8:13).
Cuando el templo fue destruido en el año 70 por general Tito Flavio Sabino Vespasiano, el hijo del emperador de Roma, Tito Flavio Vespasiano, quien fue coronado en julio del año 69 DC, se cumplió de manera perfecta la profecía del versículo de Daniel 9:26, que dice que el pueblo de un príncipe que había de venir, PORQUE YA VINO; destruiría la ciudad y el santuario, y su fin sería con inundación, y hasta el fin de la guerra durarían las devastaciones. Entonces el general Tito, llegó a Jerusalén, no sólo como un alto militar, sino como un príncipe de la corona romana, que llegó también a ser emperador para el año 79 dc, cuando el volcán Vesubio destruyó a Pompeya.
Bajo esta realidad histórica del cumplimiento profético, se derriba la falsa tesis de que el “príncipe que ha de venir” es el anticristo, el cual ya corroboramos que en realidad es, el rey de Babilonia.
Es aquí, el momento de referirles, que varias traducciones de la Biblia, fueron adulteradas en ese versículo, para forzar la interpretación que ese príncipe era el anticristo, que haría el pacto con Israel, con la consiguiente interpretaron, después de la violación del pasaje bíblico, que ese príncipe haría pacto con Israel, y que la firma de ese pacto constituiría el inicio de la septuagésima semana. Siendo esto una total distorsión del espíritu de las 70 semana de la restauración de pacto de Dios con Israel.
Los pasajes fueron traducidos de la siguiente manera:
BIBLIA: NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL.
Esos pasajes dicen así (DANIEL 9:26-27):
26 después de las sesenta y dos semanas, se le quitará la vida al príncipe elegido. Este se quedará sin ciudad y sin santuario, porque un futuro gobernante los destruirá. El fin vendrá como una inundación, y la destrucción no cesará hasta que termine la guerra.
27 Durante una semana ese gobernante hará un pacto con muchos, pero a media semana pondrá fin a los sacrificios y ofrendas. Sobre una de las alas del templo cometerá horribles sacrilegios, hasta que le sobrevenga el desastroso fin que le ha sido decretado”
Ya les hemos comentado de las graves consecuencias que acarrearán a los que se han atrevido a cambiar pasajes de la escritura, porque Dios cela hasta una tilde de ella.
Leamos como dice la septuagésima semana (Daniel 9:27 Reina-Valera 1960):
..."Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador."
Como se pueden dar cuenta, Dios se reservó la final semana para confirmar su pacto con su pueblo escogido, Israel; en su definitiva restauración, que el mismo Apóstol Pablo habló en su carta a los Romanos 11:25-36.
Y ella tiene doble cumplimiento, PORQUE LA SEMANA RECREARÁ EL CICLO FESTIVO DEL PACTO, QUE COMIENZA, COMO DIJIMOS, CON LA FIESTA DE LA PASCUA, Y TERMINA CON LA FIESTA SOLEMNE DE LOS TABERNÁCULOS; primero, porque Dios debía de terminar el castigo impuesto a Israel por asesinar a su Mesías, con el inició el ciclo festivo, y por consiguiente se inició la restauración del pacto antiguo por una semana, que fue la pascua, en el cumplimiento del tiempo perfecto de 1970 años de castigo, es decir, dos milenios (Oseas 6:1-2); y su segundo cumplimiento corresponde, La fiesta solemne de los tabernáculos, donde Dios edificará su templo de piedra y su templo espiritual, representado por su Iglesia, su esposa; para arrebatarla al finalizar la misma.
Las tétradas de lunas de sangre enviadas por Dios, señalaban el camino de la septuagésima semana; ya que ellas mostraban el cumplimiento de esas dos festividades en dos años consecutivos durante nueve ocasiones, donde las más emblemáticas, o mas conocidas fueron las del año 1949-1950, al siguiente año de la fundación del Estado de Israel; la de los años 1967-1968 para La Guerra de los Seis Días, donde Israel volvió a vencer a la liga árabe que se confabuló, para exterminar al pueblo de Israel; y la última de los años 2014-2015, con lo cual cerró el ciclo de las tétradas, y apertura la septuagésima semana de la fiesta solemne de los tabernáculos el 28 de septiembre del 2015 (15 del mes séptimo, Tishréi, del año 5776).
Aquí les presento, en esta dirección, un recuento histórico de las tétradas de lunas de sangre, todas relacionas con un hecho histórico de Israel.
http://leondejudamins.blogspot.com/…/la-tetrada-de-lunas-ro…
Entonces, retomando la idea, el retorno del pueblo judío a su tierra, como hablaron los profetas del Antiguo Testamento, no confirmaría el pacto por el solo hecho de pisar de nuevo su territorio, no; sino que era el inicio de aquella confirmación que sin dudas se cristalizaría, una vez cumplido el tiempo de castigo. De modo que para el año 1948, llevaban 1915 años de exilio, desde que el Mesías murió (Daniel 9:26); entonces, faltaban 55 años para levantar el castigo que miraba hacia el cumplimiento de 1970 años, como tiempo perfecto. Y esto concuerdan con lo que dijo Dios por medio del profeta Zacarías (1:12):
"Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años?"
Dios mide el tiempo perfecto del castigo, 70 años; y no se está refiriendo a aquellos 70 años del primer exilio, porque para aquel entonces, ya Israel estaba de nuevo en su tierra, y su templo edificado; de manera que las profecías no hablan de hechos pasados, sino de cosas por suceder. Porque fueron, como todos sabemos, dos milenios de castigo, dos días de Dios, como dijo el profeta Oseas:
"Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.
Venid y volvamos a Jehová, porque él arrebató y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él." (Oseas 5:15-6:1-2).
INICIO DE LA SEMANA DE LA CONFIRMACIÓN DE PACTO DE DIOS CON ISRAEL. PASCUA DE SIETE AÑOS.
En efecto, el fin del castigo llegó en el año 2003, el 26 de febrero,
que corresponde al 24 de Adar I del año 5763.
Esto es 1948 + 55 = 2003 igual al tiempo final del castigo.
El castigo inicio desde la muerte de Cristo: 33 años después Su nacimiento (año de su muerte), mas 1915, es igual al año 1948, año de la fundación del Estado de Israel; ahora le agregamos los 55 años para cerrar el ciclo completo del castigo (1970 años) el cual nos lleva al año 2003.
PROFECÍA DE OSEAS CITADA, REVELA EL AÑO 2003, COMO DÍA DEL PERDÓN A ISRAEL.
Aquí, en este momento, y a la luz de esta revelación sin precedente, la profecía de Oseas antes citadas, recobra un nuevo entendimiento, que nos permite comprender que el texto profético cita de forma perfecta, al año 2003; el cual, desde que Jesús, el Hijo de Dios, nació en este mundo, como lo dice la profecía; donde lo mataron, y habiendo resucitado volvió a su lugar; castigando duramente a los judíos, por su pecado; transcurriendo dos días de milenios (2.000 años); y después de cumplidos los dos días les dio vida, o los resucitó al tercer día; es decir, al tercer año después de cumplido los 2.000 años; porque durante los 1970 años de castigo, estuvieron "muertos", como también Dios dijo a través del mismo profeta:
"Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté: y sus juicios serán como luz que sale." (Oseas 6:5).
Por lo cual, Dios que los mató, por medio de los profetas, debía resucitarlo en el cumplimiento del tiempo determinado; de manera que Dios llama a los dos mil años, dos días; al mismo tiempo los siguientes tres años, a partir de los 2.000, años, los llama: " tercer día"; y de ese modo conforma el año 2003 d.C.
Otra evidencia que corrobora, no solamente, el fin del castigo a Israel para ese año, sino que Saddam, el rey de Babilonia, es el anticristo; es que las palabras de Dios por boca de Jeremías, cuando dice que al fin del cumplimiento de los setenta años de castigo a su pueblo, Dios castigaría al rey de Babilonia.
"Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.” (Jeremías 25:12).
La Guerra del Golfo Pérsico, contra Saddam Hussein, del año 1991, que constituyó la herida de espada que recibiría Babilonia (Jeremías 50:35-46). no derrocó, ni mató al Saddam, porque el tiempo de la estocada final de su herida mortal, debía cumplirse después que del cumplimiento del castigo sobre Israel, que reiteradamente venimos diciendo, y más adelante profundizaremos, fue el 26 de febrero del 2003. No pasaron veinte días, cuando le sobrevino la guerra que lo sacó del poder, y lo hizo huir, hasta que fue atrapado en una cueva, el 13 de diciembre del mismo año. ¿Será todo esto una casualidad?
No es casualidad, sino la más impactante y cruda realidad.
Haga clic aquí y lea las evidencia de ese cumplimiento.
Continuaremos este tema en la siguiente entrega, donde veremos fusionadas las dos profecías; la septuagésima semana y la manifestación del anticristo, a través del del misterio del número de la bestia.
Dios me les bendiga, ricamente.

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