Qué hacer con tanta ceguera, con tanta incredulidad, con tanta ignorancia, con tanta maldad, tanto desamor por el prójimo, con tanta conformidad por lo simple y pedecero, tanta indolencia y desinterés por lo eterno.
Me siento abrumado de no poder hacer nada sabiendo y mirando lo que ocurrirá dentro de poco tiempo, como lo ha determinado Dios en su Palabra. Y no es que no haya hecho nada para advertir, porque no he dejado de compartir las revelaciones que me han sido abiertas a mi entendimiento, acerca del tiempo que Dios ha determinado, quien tubo el sumo cuidado de dejarnoslo registrado en su Palabra, conocida por todos como, la Biblia.
Dios declaró en ella su derecho de autor como creador de todas las cosas, y las señales y pautas que evidencian perfectamente su tiempo determinado para el fin de las cosas visibles; sí, así como lo oyen, y leen. Existen precisiones y enigmas matemáticos, que al ser develado, confirman evidenciando lo que les digo.
El mundo fue hecho como el huerto para una siembra que dará su fruto a su tiempo, cuando la mies esté madura.
Escuchar a alguien decir estas cosas, porque soy uno entre millones que tenemos esta misión de anunciar el inminente regreso de Jesus, con poder y gran gloria, les resultará a muchos, como actitudes de gente desquiciada y sin oficio; y a otros les causa risa, burlándose de estas cosas; pero déjenme decirles entonces, que si estamos locos, el primer loco sería Dios mismo. Porque el evangelio es locura para los se pierden. (1 Corintios 1:18).
Los que en tiempos pasados fueron burladores del evangelio, ya no existen porque la muerte los devoró como presa fácil, sin tener el más mínimo cuidado de que sus almas peligraban; y no se proveyeron de ese único recurso que los libraría de la muerte eterna.
El hombre está preso en sus delitos y pecados, y la muerte es su paga, mas Dios ha provisto la solución a este gravísimo mal que asecha la existencia de cada hombre. (Romanos 6:23). Porque sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el camino al Padre; y sólo la fe en él y en su evangelio nos puede librar de la perdición eterna. (1Timoteo 2:5).
Como ya lo saben, la última generación de los que nacieron y vivieron hace noventa años sobre toda la tierra, pereció por completo; se contaba en aquel entonces con más de dos mil millones de personas existentes, pero la muerte los venció a todos, científicos , pensadores, ricos y pobres, libres y esclavos, grandes y pequeños; todos sucumbieron, porque la muerte no se sacia. Y esta generación de ahora, no será la excepción, también serán presa fácil de la que no perdona. Sólo Cristo tiene el poder de la resurrección y la vida eterna, para escapar del fuego de la perdición eterna. Por favor, preguntate a ti mismo, ¿a dónde estarás dentro de noventa años?
Esto es una guerra sin cuartel, donde no hay tecnología ni ciencia que valga contra la muerte, sólo Cristo en la cruz halló la victoria para todo aquel que en él cree; venció al pacado con la muerte que injustamente recibió, habiendo sido llevado como un cordero al matadero.
Y es por esa injusticia hecha para con él, que la muerte no pudo retenerlo, resucitando de entre los muertos. Y esa es la razón que le permite salvar a todo el que en él cree; y con su sangre limpiar nuestras culpas, porque sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. (Hebreos 9:22).
Entonces, como podrán ver, a Dios le ha tocado lo más duro del problema del hombre para darle vida eterna. Recibiendo con su muerte, la carga de nuestros pecados
La vida eterna es el regalo de Dios para los hombre de buena voluntad. Por lo cual se ha reservado el derecho de admisión para dar el acceso a la vida eterna a sus elegidos; porque muchos son los llamados, y pocos los escogidos.
(Mateo 22:14).
Jesús, nuestro Señor y Dios, sufrió un cruel tormento para redimir nuestras culpas; esto debemos recordarlo siempre, para aquellos que creen que la salvación es sea algo muy fácil para Dios.
A la afirmacion de que el hombre mató al Hijo de Dios, muchos faltos de entendimiento alegan que a él no lo mataron, no lo asesinaron, sino que él mismo fue a la muerte, pues, así estaba escrito.
Déjenme decirles que el hecho que las profecías estaban escritas, no exoneran de culpa al hombre de lo que hizo o dejó de hacer; por el contrario, es culpable delante de Dios. (Juan 3:18-21, 12:48, 15:22-25).
Muchos sirven a hombres, a religiones y doctrinas humanas, mas no a Cristo.
No pensemos que por el solo hecho de confesar con nuestras bocas que Jesús es el Señor, seremos librados de la condenación eterna; porque confesarlo sólo es el primer paso para la salvación, de manera que no todo el que le dice a Jesús, Señor, Señor, entrará a reino de los cielos, sino el que hace su voluntad.(Meteo 7:21).
En muchas situaciones somos probados. Y Dios pesa en balanza todas nuestras acciones, y ve dentro de cada uno la integridad, la humildad, el desapego a lo material y perecedero, el corazón arrepentido por el pecado, y el amor y la sinceridad a Dios y a su evangelio; y eso determina si merecemos esta salvación tan grande; así que nada podemos dar a Dios a cambio por nuestro rescate; Dios ofrece la salvación de forma gratuita, dando a su Hijo.
La salvación no se trata de hacer sacrificios para alcanzarla, sino de ser obediente y no obstinado, ni rebelde a sus palabras.
Tampoco la santurronería servirá para nada; los santurrones son aquellos que siempre andan haciendo alarde de su gran devoción, y eso es idolatría. Hay que testificar de Cristo, no solo de palabra sino de hecho, siendo bondadoso, dadivoso con nuestro prójimo; compartiendo en necesidades, amable, justo.
Todos los días debemos renovarnos en el espíritu, y no conformarnos con lo que somos. El morir a la carne es de continuo; es de cada día. De manera que hoy soy mejor que ayer. (Romanos 12:1-2).
Ahora ya hemos sido limpiados y lavados. Hablemos ahora de Cristo, de lo grande que es él, que nos libró de la muerte, hablemos de su misericordia y belleza sin igual. (1Pedro 2:9-10).
Al mundo solo le quedan a partir de hoy 16 de enero del 2020, 1033 días para llegar al día final determinado en Daniel 12:11-12, es decir, al 05 de noviembre 2022.
Sé que son muchos los que rasgan sus vestiduras al escuchar que yo digo estas cosas dando fechas con tanta precisión.
Los tales no comprenden el contexto de las palabras de Jesús, cuando dice: el día y la hora de su venida, nadie sabe, ni los angeles, ni el mismo Hijo de Dios, sólo el Padre.
La Biblia nos detalla, armoniosamente, los lapsos y fechas de su plan en el tiempo que ha determinado; en lo cual, por voluntad de Dios, todos deberemos ser entendidos de este conocimiento para estos últimos tiempos; más estas palabras dichas por nuestro Señor, hacen referencia al momento exacto de su venida, después de haberse cumplido el tiempo determinado.
¿Cuándo será el momento exacto?
Pues, es lo que no sabemos, porque ese momento está exclusivamente reservado para que el Padre Eterno lo ordene. Será en cualquier momento inmediatamente después del shabbat, 5 de noviembre del 2022.
La expresión: "nadie sabe el día y la hora de su venida" no implica que nosotros desconoceríamos los tiempos que determinó, los cuales dejó expresados en días, semanas y años, para nuestro conocimiento y entendimiento, porque las cosas secretas Dios no nos las reveló, más las cosas escritas, a través de los profetas y apóstoles, son para nosotros, para que comprendamos su santa voluntad en sus más insignificantes detalles, porque ni una jota y una tilde pasará de la ley que no haya de cumplirse. (Mateo 5:17-20).
Así que, cuando Dios habla del día y la hora, habla del momento exacto de su venida, es decir, si al amanecer o al canto del gallo, o a medio día o al atardecer, De manera que no se refiere al desconocimiento de lo que fue determinado y revelado en días.
Todo esto significa, que para estar atentos o velando para aquel día, donde sólo los elegidos serán levantados, es necesario que conozcamos el tiempo que Dios determinó en su bendita Palabra.
El profeta Elias, conoció el tiempo en que sería arrebatado vivo al cielo, porque Dios se lo hizo saber, aun a todos sus profetas; de manera que hasta Elíseo lo sabía; mas no sabía cuando era el momento exacto, por lo cual veló y no se descuido ni un instante, tampoco lo dudó, hasta que Elias fue arrebatado. (2 Reyes 2). De la misma manera, sería revelada a su iglesia, aquel tiempo, como Dios lo indicó al profeta Daniel, cuando le dijo que estas cosas referente a los días finales estarían cerradas y selladas hasta el tiempo del fin, cuando sería revelado ese misterio. (Daniel 12:9).
Aunque para muchos, el comprender estas cosas no sea relevante; como lo vemos en la historia de Elias, Dios muestra que para él sí es importante, tanto que Eliseo para recibir la bendición que deseaba, debía de estar apercibido del momento del arrebatamiento de Elías; porque la obediencia a su Palabra, es primero que cualquier sacrificio que uno quiera hacer; porque él quiere saber cuántos le obedecen, justo es el caso de la enseñanza de la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25), donde vemos que las prudentes compraron el aceite que es ofrecido para tener luz a su entendimiento; mas las insensatas no quisieron adquirirlo porque para ellas, el conocimiento tradicional era mejor que lo nuevo, como el Señor lo dijo, que para aquellos, lo añejo es mejor (Lucas 5:39).
El aceite es el conocimiento verdadero de la Palabra de Dios, ofrecido en los últimos días, para que las lámparas permanezcan encendidas. Las incensatas fueron engañadas con la falsa doctrina del rapto secreto antes de la manifestacion del anticristo, por lo tanto, pensaban que ese aceite no era necesario.
Eso fue justo lo que le ocurrió a Saúl, primer rey de Israel, que hechó de menos los detalles de la orden que Dios le mandó. Por eso cuando regresa de la matanza, se sentía tranquilo como si nada pasó, más Dios se lamentó de haberlo escogido. Y por ende, fue desechado para siempre de su presencia.
Por eso las palabras del Hijo de Dios, el Verbo divino, dice en Mateo 5:
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
¿Qué quiere decir Jesús, nuestro Señor, con esto?
Quiere decir que debemos enseñar con detalle lo que los profetas hablaron siendo inspirados por el Espíritu de Dios, acerca de su venida, con años, semanas días y fechas; y si quebrantamos cualquiera de esos mandamientos muy pequeños, es decir, si tergiversamos o obviamos la enseñanza, y así enseñamos a los hombres, muy pequeños seremos llamados en el reino de los cielos. Y si actuamos con hipocresía, y con injusticia para no creer ni enseñar la verdad, no entraremos en el reino de Dios.
De manera, que no se trata de sólo confesar y cantar alabanzas a Dios, sino obedecer a sus demandas.
En conclusión, el obtener este conocimiento hará que en estos días finales, sus escogidos entiendan y resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. (Daniel 12:3).
Empero, ninguno de los impios comprenderá; y Dios levantará a su pueblo de esta tierra, vivos y muertos de los que en él confiaron. Esta es la primera resurrección. La segunda muerte no tiene potestad contra estos, porque han vencido.
Ahora, si quieres saber de estas verdades y de las precisiones de las que estoy hablando, que evidencian que hemos llegado al fin de los días; entre a este link, donde te explicaremos lo que Dios quiere y demanda que tú sepas.
Luego, abre los temas tratados en este blog, y entérate como fue concebido el plan de salvacion.
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https://lasverdades-biblicas.blogspot.com/2020/01/el-error-cronologico.html?m=1
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